SOLTERÍA: DIFICULTADES, PROPÓSITO Y VENTAJAS

“…El soltero se preocupa por las cosas del Señor, cómo puede agradar al Señor…” (1 Corintios 7:32; LBLA)

Una de las cosas que más inquieta a la juventud son las expectativas en cuestiones sentimentales. La gran pregunta es: ¿Quién será la persona con la que compartirán sus vidas? Esta interrogante ocupa sus corazones porque Dios ha creado al hombre así. Fue Dios quien dijo en el Edén que no era bueno que el hombre estuviera solo, y fue Dios quien creó a Eva para que fuera la compañera de Adán. Por lo tanto, es genuino que los jóvenes tengan deseos de casarse, pero también es necesario comprender lo que hablan las Escrituras en cuanto a la soltería, para que nosotros, como pueblo del Señor, podamos abrazar una postura bíblica en este tema.

Para la cultura judía antigua, la soltería era impropia. Si un hombre estaba en edad para contraer matrimonio, y aún permanecía soltero, se cuestionaba su carácter, pues consideraban honroso que el hombre se casara y dejara descendencia. Por otro lado, los griegos creían que el celibato era para personas “súper espirituales”, porque podían negarse a sí mismos a las necesidades físicas, como el placer sexual (propio del matrimonio).

En 1 Corintios capítulo 7, Pablo respondió interrogantes acerca del matrimonio y la soltería. Mientras unos creían que era malo estar casados, otros pensaban que era impropio el celibato. Pablo puso un equilibro mostrando que las dos cosas son honrosas, tanto el matrimonio como la soltería. Sin embargo, en el capítulo 7 el apóstol da un lugar de preeminencia a la soltería. Es de suma importancia examinar este asunto, ya que, en la sociedad actual y, especialmente, en los círculos cristianos, los solteros son vistos de manera “extraña”; constantemente, los casados les presionan para que contraigan matrimonio, pero estas actitudes muestran ignorancia respecto de la soltería, pues ésta también es un regalo de Dios, un don. En este artículo abordaremos estos aspectos. Entonces, ¿qué dice la Biblia en cuanto a la soltería, y cuál es su propósito?

Conociendo la voluntad de Dios 

La juventud es la etapa de la vida en la que más planes se hacen, se fijan metas y sueños a futuro, y esto no es malo; lo malo ocurre cuando se compara la vida propia con la de otros. Por ejemplo, si cierto hermano se casó a tal edad, se toma eso como regla, y cuando no ocurre igual, llega la frustración, y aumenta cuando el tiempo pasa y aún no llega el anhelado matrimonio. Por eso, es importante para todo creyente comprender cuál es la voluntad de Dios para su vida, pues no todos los casos son iguales. Hay personas que se casan a los 20 años, otros a los 30, otros a los 40, e inclusive a los 50. Pero lo realmente importante es: ¿Cuál es la voluntad de Dios para mi vida en particular? ¿Estoy pensando en Su voluntad realmente, o mi mente está ocupada sólo en mi deseo de casarme? Cada cristiano, sin importar su edad o situación, debe procurar siempre vivir en sintonía con la voluntad de Dios, pues esto realmente es lo que satisfará su corazón. Debemos aprender a vivir confiando en lo que Dios ha determinado para nuestra vida, y disfrutar cada momento como Dios ha querido que lo vivamos; que nuestros corazones hallen la plenitud en Él, conociéndole y confiando en Su sabia Providencia.

La juventud es la etapa de la vida en la que más planes se hacen, se fijan metas y sueños a futuro, y esto no es malo; lo malo ocurre cuando se compara la vida propia con la de otros. Por ejemplo, si cierto hermano se casó a tal edad, se toma eso como regla, y cuando no ocurre igual, llega la frustración, y aumenta cuando el tiempo pasa y aún no llega el anhelado matrimonio.

Problemas y peligros de la soltería 

La soltería tiene ciertas dificultades y peligros que pueden conducir al pecado, por lo cual es necesario estar conscientes de ellos, y conocerlos a la luz de la Biblia, a fin de tener las herramientas necesarias para hacer frente a cada situación exitosamente.

  • Inmoralidad sexual

Dentro de los peligros y dificultades a los cuales se enfrentan los cristianos solteros, está la inmoralidad sexual. Una de las funciones del matrimonio es guardarnos de la fornicación: “… pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.” (1 Co. 7:2). Dios dotó al hombre y a la mujer con la capacidad de sentir placer sexual, y éste debe ser disfrutado dentro del matrimonio. Por lo tanto, aquellos que no tienen el don de continencia sexual, van a estar constantemente batallando con esto. Para poder hacer frente a este asunto, el cristiano soltero que no tiene el don de continencia sexual, debe ser consciente de que “la soltería y el sexo son cosas que no pueden existir al mismo tiempo”, como lo expresó el predicador Mark Dever. Eso quiere decir que la soltería debe ser un tiempo para someter los deseos sexuales al señorío de Cristo, pues Dios ha depositado dentro de los creyentes un Espíritu de amor y de dominio propio. Entonces, la soltería es un tiempo en el cual, de la mano de Dios, aprendemos a morir a los deseos lujuriosos, pues si éstos no se tratan ahora, serán llevados al matrimonio, y allí causarán terribles problemas.

  • Pérdida de tiempo

La ansiedad y la incertidumbre por encontrar un cónyuge, han conducido a muchos jóvenes cristianos a involucrarse en relaciones sentimentales sin ningún propósito de matrimonio; sólo están probando para ver si encuentran la persona correcta. Es lamentable, porque además de ser un mal testimonio, es una pérdida de tiempo, pues muchas de estas relaciones duran años, y aunque algunas no terminan en inmoralidad, sí retrasan el crecimiento espiritual. Es imprescindible que los solteros cristianos entiendan que no deben buscar a alguien que les pueda completar, ni tampoco deben tener una expectativa tan alta en el matrimonio, pues si no encuentran ahora su plenitud en Cristo, ninguna cosa futura les podrá satisfacer, pues Cristo es “Aquel que todo lo llena en todo.” (Ef. 1:23).

  • La falta de contentamiento

La falta de contentamiento es un pecado sutil, pero muy común entre los cristianos y, aún más, entre los solteros. Muchos creen que la soltería es un “problema” temporal, por eso su falta de contentamiento y sus cuestionamientos sobre la voluntad de Dios. En contraste con esta frustración que sienten los solteros, el salmista afirma: “En tu mano están mis años…” (Sal. 31:15; LBLA). Es de gran ayuda encontrar frases como éstas en las Escrituras. David, el rey de Israel, podía comprender que cualquier situación que acontecía en su vida era guiada por la bondadosa mano de Dios; ya fuera persecución o prosperidad, él permanecía confiando en su Dios. Pablo dice: “… he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.” (Fil. 4:11). Miremos algo: él dice que había aprendido a estar contento cualquiera que fuera su situación.

¿Acaso no debería ser esta una exhortación para los cristianos solteros? ¿No podrían aprender a estar contentos cualquiera fuera la voluntad de Dios para ellos: soltería o matrimonio? Por otro lado, cabe resaltar que es aceptación con gozo, no resignación, pues la resignación produce amargura, mientras que la aceptación con gozo produce paz. Tal como lo afirmaba la misionera (soltera) Amy Carmichael, quien dio su vida entera para la obra de Cristo en la India; ella decía: “En la aceptación yace la paz”. Para algunos la soltería va a ser por un tiempo, para otros puede ser su estado permanente; algunos son solteros por alguna circunstancia o suceso en sus vidas, como la muerte del cónyuge, y otros son solteros por algún pecado que los dejó en esa situación; pero, cualquiera sea el caso, se debe aprender a tener contentamiento.

Virtudes de la soltería 

Es común pensar que los solteros son personas infelices porque no han podido encontrar a alguien con quien compartir sus vidas, pero tal forma de pensar es errónea.

Observemos con atención lo que dice el apóstol Pablo: “Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo (soltero); pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro.” (1 Co. 7:7). Entiéndase a la luz de la Biblia que los solteros no son desdichados, pues la soltería en la vida cristiana trae consigo ventajas y virtudes. Pablo enseña cuáles son las bendiciones para los cristianos solteros. A continuación mencionaremos algunas de ellas:

 

La ansiedad y la incertidumbre por encontrar un cónyuge, han conducido a muchos jóvenes cristianos a involucrarse en relaciones sentimentales sin ningún propósito de matrimonio; sólo están probando para ver si encuentran la persona correcta.

  • El soltero se ocupa de las cosas del Señor

El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor…” (1 Co. 7:32). La mayor ventaja del creyente soltero es la amplia disposición de tiempo. En contraste con la persona casada, el soltero tiene la capacidad de ocuparse enteramente de las cosas espirituales, sin llegar a descuidar sus compromisos educativos o laborales, puesto que en el área familiar no tiene las responsabilidades de los casados, a las cuales tendría que dedicar gran parte de su tiempo. La Biblia enseña que las casadas deben ocuparse de agradar a sus esposos y, del mismo modo, los casados deben agradar a sus esposas. El casado debe proveer material y espiritualmente para las necesidades de su hogar, pero los solteros son libres de esta responsabilidad; ellos pueden entregarse al servicio cristiano de una forma más completa, como se observa en la vida del apóstol Pablo, quien afirmó haber trabajado más que otros apóstoles (1 Co. 15:10), pues su soltería fue una gran ventaja para poder ocuparse enteramente en la Obra del Señor. Asimismo, podemos ver en la historia de la Iglesia a hermanos que abrazaron la voluntad de Dios, le sacaron provecho a su soltería y se entregaron enteramente al servicio cristiano, tales como: Gladys Aylward, en China; David Brainerd, entre los indios Piel Roja; Amy Carmichael, en la India; o el famoso predicador inglés John Stott. Ellos son ejemplos de servicio y entrega. De igual forma, todo creyente soltero, sin importar las causas de su soltería, debería aprovechar su tiempo y ocuparse enteramente de las cosas del Señor.

  • La aflicción presente

Pablo aconseja a los solteros que permanezcan así a causa de la aflicción presente: “Pienso, entonces, que esto es bueno a causa de la aflicción presente: que hará bien el hombre en quedarse como está.” (1 Co. 7:26; BTX). El apóstol tenía en mente la inevitable persecución que vendría sobre los corintios, y basado en esto dice que sería mucho mejor para los solteros afrontar esa persecución solos, que estando casados y con hijos, pensando en el dolor que sufrirían al ver la espada sobre sus esposas e hijos. Imagine la situación para la persona casada, ver sufrir a su familia, sin poder hacer nada para ayudarla; los solteros no tendrían que sufrir esto, y ésta, sin duda, sería una ventaja para ellos. En la historia de la Iglesia hubo muchos que tuvieron que experimentar el dolor de ver morir a sus cónyuges e hijos mientras servían en la Obra de Dios. Por eso, aquellos que tienen dominio de sus pasiones, deberían tomar el consejo del apóstol y evitarse tales sufrimientos.

  • Las aflicciones de la carne

Pablo habla también de las aflicciones de la carne: “…pero los tales tendrán aflicción de la carne, y yo os la quisiera evitar.” (1 Co. 7:28). Esta aflicción tiene que ser soportada por aquellos que contraen matrimonio. Según el comentarista William MacDonald, Pablo se refería a las aflicciones físicas que trae el embarazo sobre la mujer y a los problemas familiares propios del matrimonio. Pues, recordemos que la caída del hombre afectó, en primer lugar, nuestra relación con Dios, y después la relación matrimonial. En el Edén, lo primero que hizo Adán después de haber pecado, fue culpar a su mujer; de ahí en adelante todas las relaciones sufren las consecuencias del pecado. Aún en los hogares cristianos hay problemas, claro que en Cristo son más llevaderos, pero no quiere decir que no existan. De estas aflicciones será libre el soltero; si hay alguien que tiene dominio de sí mismo, puede seguir el consejo del apóstol y evitarse las dificultades que acarrea el matrimonio.

Cuidado de la Iglesia para los solteros 

Como miembros del Cuerpo de Cristo tenemos la responsabilidad de guiar y aconsejar a los solteros y ayudarles a comprender cuál es la voluntad de Dios para su vida. Pero lejos de cumplir con esto, la Iglesia se empeña en presionar a los solteros, casi que los empujan hacia el desespero y el miedo a la soltería; esto muchas veces resulta en fracasos matrimoniales. Por eso, es fundamental tomar en serio el cuidado de los solteros, debemos estimularles al servicio cristiano y no forzarles en aspectos sentimentales; antes, debemos confiar que Dios tiene un tiempo para cada uno de ellos, así como lo tuvo con nosotros, los casados. También debemos acompañarles; que ellos sientan que no están solos, pues tienen una familia que Dios les ha dado, la cual es la Iglesia.

Como miembros del Cuerpo de Cristo tenemos la responsabilidad de guiar y aconsejar a los solteros y ayudarles a comprender cuál es la voluntad de Dios para su vida. Pero lejos de cumplir con esto, la Iglesia se empeña en presionar a los solteros, casi que los empujan hacia el desespero y el miedo a la soltería; esto muchas veces resulta en fracasos matrimoniales.

Consejos finales 

Para los jóvenes solteros que tienen deseos de casarse, quisiera hablarles como alguien que también estuvo en la misma situación. Primero, deben saber que es normal que exista ansiedad por conocer a la persona que Dios ha preparado para ustedes; pero esa ansiedad debe ser sometida al señorío de Cristo; de lo contario, causará mucho daño. La ansiedad genera desconfianza en la Soberanía de Dios, lo cual es pecado; por eso debe ser llevada delante de la presencia del Señor, para que Él pueda obrar (Fil. 4:6). Debemos descansar en la bondad de Dios, Él conoce nuestras necesidades, y responde a ellas según Su buena, agradable y perfecta voluntad (Ro. 12:2).

Segundo, deben aprovechar el tiempo para servir al Señor. Antes de que le fuera presentada su mujer a Adán, Dios ya le había dado un trabajo a él: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” (Gn. 2:15). Ocúpense en las cosas del Señor, trabajen fuertemente, porque cuando se casen no van a tener la misma libertad. Uno de los versículos que ha sido un estandarte para mi caminar cristiano, es: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mt. 6:33). Trabajen en la obra de Dios, busquen Su Reino y, en Su tiempo, si Dios quiere, Él les dará la persona con la cual compartir sus vidas en esta Tierra.

Para aquellos que tienen el don de continencia, mi consejo es que puedas usar eso para provecho de la Obra de Cristo, que puedas animarte a servir con más fervor en aquellas cosas que Dios ha dejado para que nos ocupemos en ellas

¡Qué gran dicha leer en la Biblia acerca de personas como Juan el Bautista, el apóstol Juan y el apóstol Pablo, quienes se entregaron a la Obra! Se privaron de las bendiciones que trae el matrimonio para poder servir al Señor Jesús y ser ejemplo para otros solteros. Cuando el Señor Jesús habló de aquellos que se hacían eunucos por causa del Reino de los Cielos, especificó que esto no era dado a todos los hombres; por eso, si te fue dado, aprovéchalo para que el Reino de Dios se extienda sobre la Tierra.

Ocúpense en las cosas del Señor, trabajen fuertemente, porque cuando se casen no van a tener la misma libertad. Uno de los versículos que ha sido un estandarte para mi caminar cristiano, es: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”

Para aquellos que son solteros por causa del pecado, las Escrituras muestran que, por la gracia de Dios, quienes han depositado su fe en Cristo son salvos de la esclavitud del pecado, pero no debemos ignorar que el pecado trae consecuencias; aunque el creyente ya no está bajo condenación eterna, sí existen secuelas que permanecerán durante toda la vida. Quienes sean solteros por causa de divorcios ilegítimos o perdieron sus hogares por causa del adulterio, o aquellos que en desobediencia se casaron en yugo desigual y han sido abandonados por sus parejas, o a los que, a causa de su lucha pasada con el homosexualismo, cargan con las consecuencias de su pecado, decimos estas palabras de ánimo para que puedan aceptar la condición de soltería con contentamiento, confiando que en Cristo son perdonados sus pecados, han sido hechos nuevas criaturas, y aunque en algunos de estos casos es posible que ya no compartirán su vida con una pareja terrenal, pueden recibir eso como una ventaja para ocuparse de las cosas espirituales, entendiendo que el matrimonio no es todo en la vida, sino que la vida consiste en cultivar una relación con Aquel con quien compartiremos toda la eternidad. A ellos los animamos a perseverar en el camino cristiano, y que puedan también progresar con el compañerismo que Dios nos ha dado a través de Su Iglesia.

Pedimos al Señor que esto traiga luz y ánimo a todos los solteros. Que ellos puedan encontrar el genuino contentamiento centrado en la bendita y gloriosa Persona del Señor Jesucristo; contentamiento éste que debe ser una característica de todo verdadero cristiano.

Bogotá / Colombia

Andrés Rodríguez

Escritor  del ministerio Tesoros Cristianos y colaborador en la iglesia local donde reside, nacido en la ciudad de Bogotá. Felizmente casado con Alicia Hernández y bendecidos por el Señor con una hermosa bebé  llamada Abigail.