– EL LEGALISMO –

El legalismo es un caldo mortal. Y un veneno extremadamente peligroso. Aquellos que se rinden a sus encantos se aplauden a sí mismos y se glorifican en la carne. Los que van por este camino, equivocadamente creen que necesitamos lograr el favor de Dios por las obras de la Ley. Así, anulan la obra de Cristo, pervierten la gracia de Dios y hacen burla del sacrificio expiatorio de Cristo.