La Pureza y el Cristiano

“Tenemos que trazar líneas en lo que se refiere a la santidad personal. Debemos ser cuidadosos en relación con lo que nosotros y nuestros hijos vemos, leemos y escuchamos. No es posible ver algunas de las películas que se exhiben en nuestros cines, y leer algunos de los li­bros que se publican, sin pagar un precio. A veces me pregunto qué es lo que pasa por la mente de los cristianos que se arriesgan a ver las películas, los programas de televisión y las publicaciones que pro­pagan la inmoralidad y sistemas de valores contrarios a la Biblia. No rebajemos nuestros principios a la altura de los del mundo. Es escan­daloso lo que se tolera en nuestra sociedad hoy. Cosas de las que no se hablaba hace una década, excepto en cuchicheos al oído, se dicen ahora abiertamente. Me asombra que nuestra cultura se haya podido degenerar en tan poco tiempo. Los cristianos están llamados a vivir vidas puras, y no podemos ceder en eso. Debiéramos imponernos a nosotros mismos principios de pureza.”