EL PROGRESO DEL PECADO EN EL HOMBRE

Primero lo asusta, después le resulta placentero, después fácil, y luego deleitoso, luego frecuente, después habitual, y finalmente

¡confirmado! Después el hombre es impenitente, después obstinado, luego resuelve nunca arrepentirse, y finalmente es condenado. Joven, para no llegar a esto, recuerda la regla que te doy este día: Resuelve de inmediato renunciar a cada uno de los pecados que conoces en ti.