FRANÇOIS FÉNELON

Si estuvieras completamente muerto a tu antigua naturaleza dejarías de sentir muchas de las penas que ahora te preocupan. Soporta los dolores y heridas de tu cuerpo con paciencia. Haz lo mismo con tus aflicciones espirituales (esto es, problemas que te han puesto por el camino y que no puedes controlar). No agudices la cruz de tu vida volviéndote tan ocupado que no tengas tiempo de sentarte en mansedumbre ante Dios. No te resistas a lo que Dios trae a tu vida…

No te preocupes del futuro… la preocupación ahoga la obra de la gracia dentro de ti. Cuando Dios te dé consuelo, disfrútalo. Mírale sin parar. Disfruta Su provisión día a día como los israelitas recibían su maná. No intentes acumular nada. Hay dos peculiaridades en cuanto al camino de la fe. La fe discierne a Dios detrás de todas las circunstancias que tratan de ocultarle. La fe también te sostiene en un estado de incertidumbre. Quiero que te des cuenta de…

Promueve la paz. Haz oídos sordos a tu acalorada imaginación. Tu activa imaginación dañará tu salud y secará en gran manera tu vida espiritual. Te preocupas enfermizamente sin razón. La paz interior y la dulce presencia de Dios huyen ante el desasosiego. ¿Cómo puedes oír a Dios hablar a su manera dulce y tierna, cuando tus apresurados pensamientos crean un remolino por dentro? Estate tranquilo, y pronto Él se hará oír. Permítete un exceso: ser excesivamente obediente.Pides alivio, pero no ves se te ha guiado hasta el borde de una fuente…

Presta más atención a tu vida interior. Toma tus deseos más profundos e intensos deseos y sitúalos en las manos de Dios. Pídele que te conquiste por completo. Entrégale tu arrogancia natural, tu sabiduría mundana, tu apego a tu casa, y tu temor de que nadie reconozca tu “grandeza”. También necesitas dejar a Dios tratar tu áspera actitud para con las cosas que no marchan como tú esperas.Tu carácter no es tu mayor problema porque ya desconfías de él. A pesar de tus intentos de controlar tu mal humor, todavía saca lo mejor de ti…

Sainte-Mondane/ Francia

François Fénelon

Escritor y teólogo francés. Nació el 6 de agosto de 1651, en el castillo de Fenelon (Perigord). Fue criado en el seno de una familia noble de la Dordogna. Cursó estudios en la Universidad de Cahors y en el seminario San Sulpicio.