EL CARTEL DE CRISTIANO

Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:  Este pueblo de labios me honra,  Mas su corazón está lejos de mí. Marcos 7:6

El nombre de Cristo parece estar en boca de todos, como nunca antes en la historia. Tal es así, que los medios seculares han adoptado el nombre de cristianos. Hay canales de televisión cristianos, radios cristianas, librerías cristianas… Existe también, toda una industria discográfica donde hay cantantes y grupos musicales «cristianos». En la actualidad, a casi todo se le pone el aditamento cristiano: Liga de fútbol cristiana, chistes cristianos, club cristiano, partido político cristiano etc. Además las estadísticas muestran que cada año, el crecimiento de las iglesias cristianas evangélicas, es exponencial, a lo largo del mundo. Cada vez hay más ministerios, iglesias, grupos y organizaciones cristianas.

El nombre de Cristo parece estar en boca de todos, como nunca antes en la historia. Tal es así, que los medios seculares han adoptado el nombre de cristianos.

Cualquiera que considere las cifras de crecimiento, de lo que llamamos el «mundo cristiano», diría sin dudar: – «El mundo se está transformando para Cristo.» Sin embargo, hay otras estadísticas que son igualmente ciertas, donde mundialmente, se conoce que crece: La violencia, la corrupción, la falta de valores morales, etc.

En cambio la vida de santidad, la consagración a Dios, vivir una vida distinta al mundo, es cosa extraña, para el «cristiano» de hoy.

La vida personal del cristianismo de hoy, examinada bajo la lupa de la Biblia, nos da como resultado, que «cristiano», es solo un término con el cual muchos se identifican, pero que no tiene nada que ver con la experiencia de sus corazones.

Somos testigos de una generación que honra el nombre de Cristo con sus labios, pero que su corazón está muy lejos de su voluntad. La sociedad de hoy no es impactada como lo fue en la iglesia primitiva, que solo ciento veinte personas, comenzaron la tarea de evangelización que cambiaría el mundo.

En cambio la vida de santidad, la consagración a Dios, vivir una vida distinta al mundo, es cosa extraña, para el «cristiano» de hoy.

Hoy, los millones de supuestos cristianos, inmersos en la sociedad, no provocan la más mínima reacción en contra del pecado, sino más bien, se amoldan a las costumbres de este mundo. El contenido de este mundo se ha vaciado en una nueva botella, donde irreverentemente le han puesto la etiqueta de «cristiano». Esta etiqueta, no cambia el veneno del contenido. El mundo se transforma en un cristianismo nominal, donde se honra a Cristo (como lo diría el mismo Señor) solo de labios. Pero la transformación del alma y del espíritu, el verdadero cambio que produce el Espíritu de Dios, es desconocido para el cristianismo actual.

“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” (Mateo 7:13) El camino ancho que lleva a la perdición del infierno, es transitado por millones de personas, que tienen nominalmente colgado un cartel de “cristiano”.

Hoy, los millones de supuestos cristianos, inmersos en la sociedad, no provocan la más mínima reacción en contra del pecado, sino más bien, se amoldan a las costumbres de este mundo.

Van caminando seguros con su cartel cristiano. Pero es una seguridad irreal, ya que al menos que su corazón sea transformado, y camine la senda angosta que lleva al cielo, no encontrará a Cristo.

Estimado amigo/a: 

Te invito a que examines tu vida delante de la Palabra de Dios, la Biblia, para considerar la veracidad de tu cristianismo, y comprobar si éste, es una experiencia o solo un rótulo para ampararse. Pues nunca faltará alguna organización o iglesia, que te cuelgue el cartel de cristiano, sin tan siquiera haberte expresado las mínimas verdades del evangelio. Que te hayas bautizado en tal lugar, que hayas tomado tal o cual responsabilidad en una iglesia, esto no te asegura la vida eterna.

Ser cristiano, es una experiencia del corazón, el cual tiene que «nacer de nuevo». Si caminas cada día con Dios, y estás en el camino de Cristo, me alegro por ti. Pero si sabes, en lo profundo de tu corazón que solo eres un cristiano de nombre, descuelga tu cartel y pídele perdón a Dios.

Rosario /Argentina

Alejandro Riff

Escritor, pastor en la Iglesia Cristiana Bíblica de Rosario (Argentina) desde el año 2009. Casado, padre de dos hijas. Trabaja para la Sociedad Bíblica Trinitaria dando conferencias y seminarios.