UN CRISTIANISMO QUE HUELE A MUERTE

Tenemos iglesias donde la predicación del evangelio es tan escaza que estamos pastoreando en su mayoría cabras y no ovejas. Donde los ministros no están llevando las almas a Cristo sino por el contrario convirtieron el cristianismo en una franquicia que solo produce ganancias económicas para sus líderes.

El mercado de la fe se llenó de toda variedad de ofertas, para todos los gustos y sabores. Más no se encuentra la verdad del evangelio.  Las doctrinas principales de la Fe se han olvidado y son tachadas de fanatismo medieval y religiosidad.

Verdades tales como:

  • La pecaminosidad del hombre y la justicia de Dios
  • El arrepentimiento necesario para salvación
  • La cruz de Cristo y su señorío como el único mensaje de salvación
  • La supremacía de la Palabra y su autoridad final como juez supremo
  • La negación del creyente y el tomar la cruz como señal de discipulado
  • La doctrina del retorno de Jesucristo y su gloriosa expectativa
  • El juicio final y el infierno.

Se han olvidado y en vez de eso se está predicando:

La superación del hombre, su éxito y prosperidad; El hombre no es un pecador es un campeón; El hombre no necesita arrepentimiento si no liberación; El hombre no es culpable sino víctima de las maldiciones que le heredaron sus antepasados; El hombre no necesita servir a Dios si no por el contrario ser servido por él ¡Hoy el pacto económico es la doctrina más importante de nuestros dias!

La predicación fue remplazada por el entretenimiento, la gracia por el libertinaje, lo solemne por lo superficial, el pulpito por los stands de comedia, la disciplina por la conveniencia, la santidad por la codicia, la devoción por los conciertos.

¡Tristemente esta es la realidad de nuestros dias y debemos de reconsiderar el cristianismo que estamos viviendo!

“…Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto” (Ap. 3:1)