PRESENTACIÓN

Hay una mezcla de nostalgia, tristeza e impotencia cuando vemos la actual situación espiritual que vive la mayoría de los que profesan la fe cristiana. Comparando esto con la vida de aquellos grandes hombres y mujeres de Dios en las Sagradas Escrituras, y con aquellos que fueron grandes luminares en los anales de la historia de la Iglesia, hay un abismo entre lo que ellos fueron y lo que somos ahora. Parece ser que todo lo verdadero, puro y santo fue dejado atrás, y la Iglesia cristiana corre alocadamente tras la miseria de un Evangelio que sólo promete éxito, prosperidad, fama, riquezas y deleite terrenal. Los cristianos piadosos y consagrados son reliquias del pasado, enterrados en el cementerio del olvido. Y los cristianos mundanos, tibios y superficiales han llegado a abundar tanto, que el mismo liderazgo cristiano se encuentra saturado con estos “engendros espirituales”.

¡Qué peligroso tiempo como el nuestro cuando escasean las buenas referencias y abundan los malos ejemplos! ¡Hay una apología a la impiedad, y se ridiculiza la santidad! Se ama el entretenimiento espiritual, mientras desaparece cada vez más la verdadera piedad ¡La sal perdió su sabor, y la Iglesia, su influencia!

Los cristianos piadosos y consagrados son reliquias del pasado, enterrados en el cementerio del olvido. Y los cristianos mundanos, tibios y superficiales han llegado a abundar tanto, que el mismo liderazgo cristiano se encuentra saturado con estos “engendros espirituales”.

¿En qué momento nos descarriamos del camino? ¿Dónde está la raíz del mal que nos aqueja? Ciertamente, debemos excavar en el pozo de las Escrituras y buscar diligentemente respuestas a nuestras dudas y solución a nuestra crisis espiritual.

Por todo esto, es un gran desafío volver a aquellas importantes verdades de la doctrina cristiana, las cuales han sido relevantes y poderosas en la vida del pueblo de Dios. Y en esta séptima edición de nuestra revista, comenzamos un peregrinaje abordando las conocidas disciplinas espirituales o medios de gracia. Ciertamente, muchas de nuestras debilidades y desafíos actuales surgen de la ignorancia acerca de la persona de nuestro Señor Jesucristo y Su abundante Gracia. Es menester para el pueblo cristiano conocer los medios que Cristo dejó para que podamos beber y disfrutar ricamente de Su santa provisión.

La primera disciplina que estaremos considerando será la oración, verdad indispensable y necesaria para aquellos que quieran restaurar en sus vidas el altar de la consagración y la devoción. ¡Que Dios sea bendiciendo estas páginas de tal manera que sean una fuente de renovación y despertamiento espiritual!

Bogotá / Colombia

Pablo David Santoyo

Director y fundador del ministerio Tesoros Cristianos. Nacido en la ciudad de Bogotá donde vive actualmente. Predicador, escritor y servidor en la iglesia local donde reside desde hace 18 años. Bendecido por el Señor con un matrimonio conformado por su esposa Diana Ramírez y su hija Salomé.