Todavía, hermanos, os ruego por el Nombre del Señor nuestro, Jesús, [el] Cristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, antes seáis perfectos, unidos en un mismo entendimiento y en un mismo parecer.; solícitos a guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. (1Co 1:10) (Ef 4:3)
El Señor Jesús quería llevar a que los Judíos y los no Judíos que creyeron en El, juntos formaran «Un rebaño» la iglesia. (Jn. 10: 3, 16). Hemos sido «Llamados en un cuerpo» (Col. 3:15). «Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu» (1 Co, 12:13). La oración del Señor también expresó el deseo de que todos los creyentes «sean uno» (Jn. 17:20-21). El apóstol Pablo ordenó que nosotros fuéramos «Diligentes en guardar la unidad del Espíritu» (Ef. 4: 3). Por lo tanto, denominaciones, sectas, divisiones como «Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo» – son reprendidos por Dios (1 Co. 1:12-13) es obra de la carne (1 Co. 3:3-4). Y es lujuria (Gal. 5:20). De acuerdo con los versículos de la Biblia dados arriba, denominacionalismo es contrario a la Biblia y es condenado por Dios. Esto está muy claro. Pero debemos saber qué es una denominación. Debemos reconocer lo que son las sectas y los elementos de una secta. Una secta tiene:
(1) su nombre especial,
(2) su verdad especial,
(3) sus asociaciones especiales.
Su nombre especial
En la Biblia, no vemos iglesias con un nombre especial. La Biblia usa tres maneras de describir a quién pertenecen las iglesias: (1) «La iglesia de Dios» (Hch. 20: 28; 1 Co.10: 32), «Las iglesias de Dios» (1 Co. 11: 16), (2) «Las iglesias de Cristo» (Ro. 16:16), y (3) «Todas las iglesias de los santos» (1 Co. 14:33). Éstos no son los nombres de la iglesia. Son tres maneras de describir a quién pertenece la iglesia. La iglesia de Dios quiere decir que la iglesia pertenece a Dios. La iglesia de Dios incluye a todos los Hijos de Dios. Las iglesias de Cristo, significa que la iglesia fue comprada por Cristo para sí, por medio de derramar su sangre. La iglesia de Cristo incluye a todos aquellos rociados y comprados por la sangre de Cristo. Las iglesias de los santos significa que la iglesia pertenece a todos los santos e incluye a todos los santos.
La Biblia también describe a la iglesia de acuerdo al lugar donde está, de la misma manera que «La iglesia de Dios que está en Corinto» (1 Co. 1:2). Esto quiere decir «La iglesia de Dios» está «En Corinto.» Esto no quiere decir que «Corinto» sea el nombre de esa iglesia. Por lo tanto, la Biblia no tiene iglesias denominadas por el nombre de una localidad. Con excepción de estas cuatro maneras de describir a quién pertenece la iglesia y en qué lugar está, la Biblia no menciona en ningún lugar que la iglesia tenga un nombre especial. Hoy las personas desobedecen la Biblia, andan en su carne, y siguen la voluntad del hombre de tener muchos nombres. A algunas son puestos el nombre de su sistema, como iglesia presbiteriana; algunas son nombradas por una doctrina, como la iglesia de la santidad o iglesia metodista. Algunas son nombradas por las personas, como la iglesia luterana. A algunas se les pone el nombre de un país, como iglesia de Inglaterra o iglesia de Cristo en China. Algunas son nombradas por un ritual, como iglesia bautista. Estos nombres están hechos por el hombre, y son todas divisiones. Separan en pequeños grupos a los hijos de Dios bajo cierto nombre y los mantienen separados del resto de hijos de Dios. Por lo tanto, ¡son sectas!
Por lo tanto, denominaciones, sectas, divisiones como «Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo» – son reprendidos por Dios (1 Co. 1:12-13) es obra de la carne (1 Co. 3:3-4). Y es lujuria (Gal. 5:20). De acuerdo con los versículos de la Biblia dados arriba, denominacionalismo es contrario a la Biblia y es condenado por Dios. Esto está muy claro.
|Es verdad que la Biblia ordena que nosotros seamos bautizados por inmersión. Pero usar el ritual del bautismo como un nombre para la iglesia y separar a los hijos de Dios es contra la Biblia. ¡Y es condenado por la Biblia! El Espíritu Santo, a través del apóstol, no reprendió solamente a aquellos que dijeron, «yo soy de Pablo, yo soy de Apolos, y yo de Cefas», también reprendió a aquellos que dijeron, «Yo [soy] de Cristo» (1 Co, 1:12-13). Decir yo soy de «Cristo» y separarnos de otros hijos de Dios es condenado igualmente. ¿Si esto es verdad, cuánto más debe ser condenado denominarnos con yo soy bautista, o yo soy aliancista o asambleísta? Etc. Por lo tanto, cualquier nombre que nos separe, de otros hijos de Dios, es una secta. Si un nombre no incluye todos los hijos de Dios, es una secta.
Su verdad especial
1Co 3:11 Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo mismo. Ef. 2:20 sobreedificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo la principal piedra del ángulo, Jesús, [el] Cristo…
Todas las denominaciones no sólo tienen un nombre especial, también tienen una verdad especial. Esto no quiere decir que la verdad a la que se adhieren, como el bautismo o la justificación por la fe, es mala. Significa que toman una verdad como el centro de su iglesia, como el centro para los creyentes y están unidos alrededor de esta verdad especial y se separan del resto de hijos de Dios, llegando a ser una denominación. ¡Esto es irse en contra de la Biblia! La iglesia esta edificada sobre «Esta roca» – Cristo (Mat. 16:18). Cristo es el centro de las reuniones de los creyentes. Los creyentes no están alrededor de ciertas verdades sino de Cristo mismo (1 Co. 1: 9) y en el Espíritu Santo (2 Co. 13: 14), ¡Las denominaciones fueron y son fundadas porque las personas hicieron ciertas verdades más altas que Cristo! El bautismo es correcto. Sin embargo, poner el bautismo por encima de Cristo hace del bautismo el centro de la reunión de los creyentes; esto separa a algunos del resto de hijos de Dios, ¡y esto es una denominación!
Sus asociaciones especiales
Una denominación tiene asociaciones especiales. Si alguien quiere participar en estas asociaciones, debe reunirse con el grupo primero y llegar a ser un miembro. La Biblia nos dice que los creyentes son los miembros del cuerpo de Cristo (Ef. 5:30). Cuando creemos, ya estamos unidos a Cristo. Quienquiera que sea un miembro del cuerpo de Cristo debe estar en la iglesia; ya han sido unidos al cuerpo de Cristo, y participan de la comunión de Cristo. Así que no tenemos que reunimos con las asociaciones o denominaciones cristianas. Podemos reconocer quién está en la comunión y quién no. Quienquiera que tenga la vida de Cristo participa en la comunión de Cristo; por lo tanto, debemos recibirnos. Debemos recibir incluso aquellos que son débiles en la fe (Ro. 14:1), «al que Dios ha recibido» (v. 3). Quien piense que un cristiano no está calificado para ser recibido, y que los creyentes deben pertenecer a un grupo oficialmente reconocido, está practicando denominacionalismo. Algo con lo que uno puede asociarse o desasociarse es por definición ¡una denominación! Por lo tanto, una denominación tiene:
Todas las denominaciones no sólo tienen un nombre especial, también tienen una verdad especial. Esto no quiere decir que la verdad a la que se adhieren, como el bautismo o la justificación por la fe, es mala. Significa que toman una verdad como el centro de su iglesia, como el centro para los creyentes y están unidos alrededor de esta verdad especial y se separan del resto de hijos de Dios, llegando a ser una denominación.
(1) un nombre que no incluye a todos los hijos de Dios,
(2) una verdad especial como su centro,
(3) asociaciones que no incluyen a todos los hijos de Dios.
Si un grupo tiene cualquiera de estas tres cosas, es una denominación. Por ejemplo La iglesia Bautista tiene estos tres asuntos, así que la iglesia Bautista es una denominación con toda seguridad.
Pregunta: ¿qué debemos hacer después de dejar las sectas?
Respuesta: la Biblia dice que después que hayamos visto estas cosas, debemos «seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón puro invocan al Señor» (2 Ti. 2:20-22). El Señor puede y quiere darnos a éstos que le siguen en verdad. Antes que el Señor nos los dé, por una parte, debemos pedírselos al Señor, y por otro lado, debemos esperar. En realidad, ir a las sectas para escuchar sermones no es tan provechoso. Si usted tiene tiempo, sería mejor salir a predicar el evangelio y traer pecadores al Señor, Cuando usted tiene pecadores que han venido al Señor, ustedes pueden tener la reunión de la mesa juntos. Usted no tiene que esperar que haya muchos. Mientras haya «Dos o tres en mi Nombre», es suficiente (Mat. 18:20). Después de dejar las sectas, debemos tratar a los hermanos y hermanas entre ellos con mansedumbre y amor. Dejamos las sectas pecadoras, no a nuestros hermanos en el Señor, los hijos de Dios. Dejamos las sectas, para vivir la iglesia. No podemos dejar la iglesia, ni al Señor. No podemos estar con ellos en las sectas pecadoras. Nos separamos de ellos porque están en las sectas pecadoras, y el pecado de las sectas los separa de nosotros. Por lo tanto, debemos tener una actitud cariñosa y mansa hacia cualquier hermano o hermana que esta en las sectas. ¡Nuestros pies deben estar firmes sobre la verdad! ¡Nuestros corazones deben estar sólidos y humildes en el Señor! Nuestra actitud interior debe ser sumisa. ¡Nuestras palabras deben ser sazonadas con la sal siempre (Col. 4:6)! Dios puede darnos «la sabiduría que es de lo alto que es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. «(Santiago. 3:17).
Pregunta: ¿el lugar de reunión debe tener un nombre?
Respuesta: no, no debe. Por favor lea la respuesta precedente para la pregunta con respecto a sectas, especialmente la parte sobre tener nombres. La construcción que usamos para las reuniones no necesita un nombre para diferenciarse, porque la iglesia de Dios son los hijos de Dios, no la casa o el edificio que usan para reunirse. El edificio que es usado para las reuniones no es el templo de Dios. Nosotros somos el templo de Dios. Dios no vive en el edificio donde nos reunimos. Vive en nosotros (1 Co. 3:16-17; 2 Co. 6:16; Ef. 2: 21-22; 1 Pe. 2:5).
¡Hermanos, queridos! No hablamos de estos temas porque nos gusta ser exigentes con otros, y ver los errores de otros, o ser polémicos sobre palabras. Además, no dejamos las sectas porque somos orgullosos y arrogantes en nuestra identidad natural, o porque queremos ser jefes o porque no queremos ser restringidos por otros; o porque somos naturalmente tercos y nos gusta ser personas individuales fuera de la multitud. La razón por la cual hablamos del error de las sectas y las dejamos, es porque las sectas son condenadas por Dios; son fruto de la carne, y son cosas del viejo hombre. Dejamos las
sectas porque la carne y el viejo hombre ya han sido crucificados por Cristo (Gal. 5: 24; Ro. 6: 6), porque Dios quiere que nosotros nos despojemos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos (Ef. 4:22), y porque queremos complacer a Dios. Si dejamos las sectas porque hemos discutido con alguien, o si solamente dejamos las sectas y no tratamos con la carne o nos despojamos del viejo hombre ¡es inútil antes del Dios! dejamos las sectas porque queremos vestirnos del nuevo hombre, morir a la carne, y despojarnos del viejo hombre, para ganar las riquezas de la vida espiritual y manifestar el cuerpo de Cristo, ¡esto es muy preciado ante Dios! ¡Dios nos bendiga a todos nosotros! ¡Los bendigo con la paz de Cristo!
Fuzhou,provincia de Fujian / China
Watchman Nee
Fue un predicador y escritor cristiano chino. Llegó a ser cristiano en el 1920 a la edad de diecisiete años y comenzó a escribir ese mismo año. Su ministerio se centra en Cristo y Su Cuerpo, la Iglesia. Fue encarcelado en el 1952 por causa de su fe y murió en prisión en 1972 manteniendo su fe y gozo en el Señor.