EL HOMBRE NACIDO DE NUEVO

El hombre que es nacido de nuevo o es regenerado cree que Jesucristo es el único Salvador que puede perdonar su alma, que es la Persona Divina designada por Dios el Padre justamente para este propósito, y fuera de Él no hay ningún Salvador. Se considera indigno, pero tiene plena confianza en Cristo, y confiando en Él, cree que todos sus pecados han sido perdonados; cree que, porque ha aceptado la obra consumada de Cristo y la muerte en la cruz, es considerado justo a los ojos de Dios, y puede encarar la muerte y el juicio sin temor.

Procura no sólo evitar el pecado, sino también todo lo que pueda llevarlo a él. Es cuidadoso de sus compañías. Sabe que las comunicaciones impías corrompen el corazón, y que el mal es más contagioso que el bien, así como una enfermedad puede ser muy contagiosa. Es cuidadoso en cuanto al uso de su tiempo; su anhelo principal es usarlo con provecho. Anhela vivir como un soldado en territorio enemigo, usar continuamente su armadura y estar preparado para la tentación. Es diligente en ser un hombre vigilante, humilde y de oración.